La presente es una revisión del conocimiento actual sobre el papel de la vitamina A en la mortalidad, morbilidad y crecimiento infantiles. Recientemente, algunas investigaciones han confirmado la conclusión de Beaton y colaboradores (1993) que indica que se puede reducir la mortalidad infantil en un 23% mejorando el estado de la vitamina A. Se ha demostrado que este efecto se debe a la reducción de la mortalidad por gastroenteritis aguda y sarampión y no por infecciones respiratorias agudas y paludismo. Queda claro que el mejoramiento del estado de la vitamina A favorece la sobrevivencia de los niños prescolares mayores; sin embargo, no se ha definido si también beneficia a los infantes ( menor que 6 meses). El suplemento de vitamina A no reduce la incidencia total ni la prevalencia de enfermedades comunes de la niñez; sin embargo, sí reduce la incidencia de episodios graves de diarrea. Asimismo, tal suplementación, ya sea durante o inmediatamente después de la enfermedad, no mejora la sintomatología. Finalmente, en contra de lo esperado, estudios recientes con asignación aleatoria a grupos que reciben vitamina A o un placebo indican que la vitamina A no mejora el crecimiento de los niños.